JUSTIFICADOS DESDE EL SANTUARIO

JUSTIFICADOS DESDE EL SANTUARIO
Wilmer Johnn Alcocer Pérez
Estudiante del 3 de Teología: Sagradas Escrituras

La otra cara de Juan 3:16
Este texto ha sido, es y tal vez lo sea por mucho tiempo, uno de los textos más reconocidos que cualquier otro, lo usan desde los simpatizantes (con los cristianos) hasta las personas más ligadas al estudio profundo de la Biblia. Una lectura rápida de este texto de seguro que nos llevará a pensar en el maravilloso amor de Dios hacia la humanidad caída. Sin embargo un estudio minucioso y detenido de este pasaje nos llevará a ver la profundidad teológica que contiene este texto, en otras palabras este tipo de estudio nos abrirá las puertas de la otra cara de Juan 3:16.
 En cierto sentido,  en este pasaje se muestra “por primera vez el amor de Dios de manera absoluta y completa”[1] sin embargo es necesario mirar de manera detallada para comprender la esencia del mensaje, el texto reza de la siguiente manera: “Porque de tal manera amo Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga vida eterna” (Jn 3:16)   en la expresión al mundo Juan trata de presentar al amor de Dios de una manera que abarque el universo entero, mostrando de esa manera que todos tienen la posibilidad de ser salvos “Dios no ama los  pecados  del hombre ni el malvado sistema (humano) mundano,  pero si ama a la gente y no quiere que ninguno se pierda”[2]  la gracia está extendida para todos aquellos que deseen alcanzar la salvación a través de su hijo unigénito; la obra del Señor Jesús en la cruz fue de un valor tan inmenso que todos los pecadores de todas partes del mundo pudiesen ser salvos, únicamente si lo recibían (Jn 14: 6 ; Hech 2:12) es decir, el hecho de que el hijo de Dios haya muerto por todos no significa que todos están automáticamente salvos, sino solo aquellos que creen en él y acepten este sacrifico por fe.
            La palabra que se usa para creer en este texto en el idioma original es pistius este verbo tiene una connotación de “ser persuadido, fiarse de, confiar”[3] en el sentido más profundo de la palabra nos pinta un matiz de que no solo está el hecho de creer sino de aceptar la única manera de ser salvos a través de la obra y la mediación de  alguien que tenga los meritos suficientes como para presentarnos dignos antes las exigencias perfectas de la ley, entonces es allí donde entra a tallar el tema del santuario[4]. jjjjCuriosamente cuando hacemos un estudio detenido solo de esta palabra podemos ver la relación que guarda con la palabra confiar, sin embargo esto nos seguiría llevando a otra pregunta parecida a la primera ¿confiar en que? O en todo caso ¿en quién? Para entender esto es necesario ver la situación en la que se encuentra sumergido el ser humano. El profeta Isaías lo presenta de esta manera “…toda cabeza está enferma y todo corazón doliente desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en el (hombre) cosa sana sino herida, hinchazón y podrida llaga…” (1:5-6) y Pablo agrega “no hay justo ni aun uno” esto significa que por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios (Rom 3: 10, 23) esta es la triste situación en al que se encuentra involucrada el ser humano, no hay esperanza alguno para el pecador, el problema es tan serio que de los muchos millones que existimos en este mundo ni uno es justo somos totalmente pecadores, y el problema se agrava más cuando leemos apocalipsis donde Juan menciona que ninguna cosa inmunda entrara al reino de los cielos, o en nuestras palabras diríamos  amenos que no se tenga la pureza suficiente y esté libre de todo pecado será salvo” entonces como podemos alcanzar el reino de los cielos si nuestra condición es lamentable, y nuestras intentos por cambiar por nosotros mismos son como trapos de inmundicia,  en tal caso necesitamos de alguien que si sea justo y tenga merito alguno para que por medio de el podamos alcanzar el perdón de nuestros pecados y como tal el reino de los cielos; Elena de White al hablar de esto comenta:

“La ley demanda justicia y ante la ley el pecador debe ser justo pero es incapaz de serlo, la única forma en que puede obtener justicia es mediante la fe, por fe puede presentar a Dios los meritos de Cristo y el Señor coloca la obediencia de su hijo a la cuenta del pecador, la justicia de Cristo es aceptada en lugar del fracaso del hombre y Dios recibe, perdona y justifica al creyente arrepentido, la trata como si fuera justo y lo ama como ama a su hijo, de esta manera la fe es imputada justicia”[5]

Esto nos lleva de manera rápida a las ceremonias que se realizaban en el antiguo Israel. Cuando el hombre cayó en pecado Dios puso en marcha el plan de redención que tenia provisto desde antes de la fundación del mundo (Apoc 13:8) la desnudes de Adán exigía la muerte de una animal, para que este sea cubierto. Esto daría inicio a lo que sería una vida lleno de sacrificios realizados todos los días, con el único fin de aplacar los requerimientos de la ley y alcanzar el perdón de Dios. La manifestación más clara de estos hechos se ve en el libro de éxodo cuando Dios manda a Moisés a que construyera un santuario (25.8) esto fue ordenado para que todos los días el pecador arrepentido trajese un animal al santuario y este sea muerto en lugar de él, de este modo el pecador quedaba libre de su pecado y este era absuelto, o como bien resumiría Clifford Goldstein, “si alguno pecaba y sentía tristeza por la falta cometida y procuraba hallar perdón, este debía traer un sacrificio y ofrecerlo en lugar de él  y solo así poder hallar el perdón de Dios[6]
Dentro de todas las ceremonias que se realizaban había uno en especial que marcaba un hito en cada año, este era el día de la expiación, en este día el pecador debía acercarse y confesar todos sus pecados al sacerdote, entonces por fe ellos depositaban sus pecados en el animal que estaba siendo sacrificado y de esta manera volver a sus casas perdonados y justificados, sin embargo dentro de todo este acontecimiento, había algo importante que considerar y era el hecho de que “el único pecado que se transfería al santuario era la transgresión cometida por alguien que se humillaba delante del Señor pedía perdón y ofrecía un sacrificio”[7], en otras palabras esta parafraseando lo que muestra la otra cara de San Juan 3:16, y es el hecho de que el Señor solo puede justificar a los que por fe aceptan su sacrificio en lugar de él y ser presentados justos ante el Padre, de ese modo alcanzar la salvación.  Tal vez no haya mucho que argumentar con relación a las actividades que se realizaba en los sacrificios o en el sacrifico de la expiación propiamente dicha, pero lo que en si nos interesa sacar de estas actividades tres palabras que conjugan la vida toda del ser humano que desea ser salvo: fe creencia y confianza. 
Bien sabido esta que los servicios del santuario fueron el libro de texto de la salvación, que todos los sacrificios que se realizaban en el antiguo Israel era la figura y sombra del verdadero sacrificio de uno que con una sola muerte “haría cesar el sacrificio y la ofrenda” “de una vez y para siempre” (Dan 9.27, Heb 10.10) y he aquí nuevamente Isaías vuelve a relucir con su maravilla descripción de uno que seria inmolado por nuestros pecados herido por nuestras culpas (Is 53) y lo mismo que Juan el bautista describe a Jesús en ocasión de su bautismo como “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1.29) en realidad no solo se presenta como el sacrificio vivo, sino que también a la vez actúa como el sumo sacerdote
Ahora dentro de todo este incidente hay algo que es casi imposible dejar de pasar por alto. Aun cuando pareciera que Juan 3.16 es un texto que nos abre las maravillosas puertas de la gracia de Dios, debemos saber que este es condicional[8] porque es solo para los que creen, sin embargo vale mencionar que un texto es entendido mejor  por su contexto,  un versículo siguiente encontramos la siguiente afirmación "porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el  mundo sea salvo por el” (3.17) he allí una esperanza, “Dios no es un gobernante duro y cruel, deseoso de derramar su ira sobre la humanidad, su corazón está lleno de ternura para con el hombre y ha ido hasta el último extremo para poder salvar a los hombres”.[9] Esto nos da la seguridad de que el propósito de Dios con relación a la humanidad es salvarlo e impedir que alguien se pierda, bien “podría haber enviado a su hijo al mundo para condenar al mundo, pero no lo hizo así, al contrario, le envió aquí a sufrir a derramar su sangre y a morir en tu lugar para que el mundo sea salvo únicamente  por medio de él”.[10] Sin embargo como se menciono anteriormente el creyente que quiere alcanzar el perdón de sus pecados y por ende la salvación debe hacer de este sacrificio una realidad en su vida
Tal vez la mejor definición para fe sea confianza pero que en relación con el creer de Juan 3, el diccionario teológico del nuevo testamento hace un juego de palabras que de tal manera producen una sensación de una relación intima entre estas tres palabras, tanto  así que se podría usar una misma definición para el trío[11] cuando mencionamos que se hace un juego de palabras con estas tres, se decía por el hecho de que son parecidas, pero también cada una de ellas tiende a presentar las cosas en mayor o menos escala, por ejemplo creer “el vocablo creencia a menudo conlleva a un pensamiento intelectual”.[12] Y con relación a fe pues es “depender de otra persona, probablemente es el termino bíblico que más se acerca a la idea de entrega o rendición puesto que lleva el concepto de la sumisión de la vida al control de Dios”.[13]
Entonces, si hablamos de creer estamos hablando de confianza, y si de confianza también lo hacemos de la fe, y eh aquí un texto que merece ser estudiado  “sin fe es imposible agradar a Dios”[14] (Heb 11:6) o en otras palabras diríamos sin confianza no podemos agradar a Dios entonces tal como diría Venden, “únicamente al someter nuestra propia voluntad y modo de ser y al confiar plenamente en el poder de Dios para salvar, el Señor puede cumplir sus promesas en nuestras vidas”.[15] Y de manera consecuente el comentario Bíblico pinta el mismo dibujo bajo el mismo matiz, “si no hay fe en Dios, solo puede haber temor y desesperación”.[16] En este párrafos hay dos ideas de las cual es menester resaltarlas 1) debemos tener fe en lo que Dios a través de su hijo hizo para salvar a la humanidad caída, la ley exigía la muerte del pecador, demandaba la sangre del transgresor, la sangre debía ser derramada ya que sin sangre no había remisión de los pecados por ello Dios envió a su hijo como sacrificio por el pecador sufriente y sin esperanza y solo de esa manera alcanzar la salvación2) como se menciono en la introducción muchas personas que tienen un conocimiento de Dios viven desesperadas a causa de estar seguros si finalmente alcanzaran o no la vida eterna y esa desesperación los lleva a buscar vías –como las obras-  por las cuales es imposible salvarse, y cuando no logran aplacar los requerimientos que demanda la ley caen en el lodo de la desesperación en el pozo cenagoso se su incertidumbre por el temor a perder la salvación. En otras palabras “no importa cuento nos empeñemos y con cuanta insistencia oramos cuan convertidos y santificados lleguemos a estar a menos que se nos acredite una justicia perfecta, presente de una fuente externa somos almas perdidas”[17].
Pero cuando aprendemos a vivir por fe, en la plena confianza en Jesús, cuando confiamos en sus meritos y sacrificios podemos asegurar nuestra salvación, con el simple hecho de hacer de todas esas obras una realidad en la vida de cada creyente, nadie necesita desesperarse, y si en el trajinar de la vida como cristianos volvemos a caer encontramos su maravillosa promesa “hijitos mios estas cosas os escribo, para que no pequéis, y si alguno hubiere pecado abogado tenemos para con el padre a Jesucristo el justo” (1 Jn 2:1 RV) y más aun cuando consideramos las promesa de hebreos 7: 25 donde se nos dice que tenemos un sumo sacerdote que “puede salvar perpetuamente[18] a los que por él se acercan a Dios viviendo siempre para interceder por ellos”  intercederá hasta el último momento de la vida de cada creyente “ (Heb 7:25; 7:1-28;9:28 ; Rom 8:34), es decir “como nuestro sumo sacerdote Cristo está aplicando los beneficios de su sacrificio a los que se acercan a él, ministerio que es tan esencial para nuestra salvación como lo fue su muerte en la cruz (Sal 49:7; 110:4; Gen 14:17-20; 1 Tim 2:5-6;  Heb 8:1; 1Jn 1:7; Apoc 1:5; 7:19) ”.[19] Y esto nos da la seguridad de la salvación que podemos heredar las promesas maravillosas de Dios solo a través de la preciosa sangre de nuestros Señor y salvador Jesús.  
En el estudio del texto se hizo un salto de la frase, “no se pierda” tal vez dentro de todo el contenido esta parte es el que de alguna manera causa un poco de temor, en la vida terrena que llevamos tenemos muchas opciones[20], pero cuando estas opciones la relacionamos con el cristianismo, allí las cosas se ponen un tanto complejas, porque la pregunta seria ¿a quién perteneces: a Cristo o a Satanás? Como se puede ver no hay una tercera opción, no es que alguien decida y responda -¡a ninguno!- es imposible Jesús al hablar de esto afirma: “el que no es conmigo contra mí es, el que conmigo no recoge desparrama” es simple, el hecho de no pertenecer a Jesús, ya pertenecemos al enemigo. El problema se pone más complejo cuando a esta la relacionamos con la salvación, o a la vida venidera, la biblia afirma “el que tiene al hijo tiene la vida” es decir lo que Juan está tratando de decir que el hecho de tener a Jesús con nosotros[21] tenemos la vida ¿Por qué? Porque el tiene el poder suficiente como para hacernos justos antes los requerimientos de la ley, “los muchos son declarados justos no porque fueron justos o puros sino porque  el siervo (Jesús)  había quitado su pecado, su impureza, llevándolo el mismo sobre si, de modo que ser declarado justo por Dios es también ser purificado, limpiado del pecado”[22]. En este mismo instante “la humanidad está dividida en dos grupos: los creyentes y los no creyentes, nuestro destino está determinada por la actitud que tomamos tocante al hijo de Dios. Aquel que confía en su salvador, no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado”.[23] Por esa razón “cosa terrible es rechazar un don tan grande del amor de Dios, si alguien no quiere creer en el Señor Jesús, Dios no puede hacer otra cosa que condenarlo”.[24] Simplemente por no tener merito alguno para ser salvo.
















TIPS

En figura el santuario revelaba la expiación mediación sacerdocio confecion purificación la ley el perdón de los pecados la santificación y la justificación

                                                           Desiquilibrio fatal, 72.
Dia tras dia años tras año siglo tras siglo, las interminables ofrendas de animales apuntaban hacia la muerte de Cristo en el calvario el único sacrificio eficaz por el pecado. (Heb 10:4)
                                                           DF, 75

Por ello necesitan que Jesus sea tanto su sacrificio sustitutivo como su sumo sacerdote “el puede también salvar perpetuamente a los que por el se acercan a Dios viviendo siempre para interceder por ellos. (Heb 7:25)

                                                           DF, 86.






[1] Beacon, 7:66
[2] McDonald 663.
[3] Vines, 217.
[4] En mas de una ocacion se puede ver en el evangelio Juanino la mención del santuario de una manera tal que solo un estudio cuidadoso podría descubrirlo.
[5]Elena de White, Joyas de los testimonios t2 (Bueno Aires: Asociación cada editora sudamericana, 1985), 174-175.
[6]Clifford Goldstein, Desiquilibrio Fatal, 101. (la cursiva es nuestra)
[7]Frank Holbrook, ed. Seventy Weeks: leviticus nature of prophecy (Washington: D. C., Biblical research institute, 1986), 196. 
[8] Condicional no en el sentido de que tenga que tener meritos para ser salvos, sino mas bien  creer en las cosas que Cristo hizo en lugar de nosotros, las demandas que suplió por amor a sus criaturas, pero aquí se pide no un creer simple no un creer cualquiera sino un creer de fe, porque los demonios también creen, pero tiemblan, pero el ser humano que cree en las cosas que Jesús hizo en su lugar le lleva a confiar en las providencias de su amos inmensurable.
[9]William McDonald, Comentario Bíblico: Antiguo y Nuevo testamento (España:Clie, 2004), 663.
[10] ibid
[11] Gerhard Kittel, Friederich G, Bromiley Geof, Compendio del diccionario teologico del Nuevo testamento (Michigan: Libros Desafio, 2002), 827-835.
[12] Morris L Venden, 95 tesis, acerca de la justificación por la fe (Colombia: APIA, 1988), 46.
[13] Ibid, 47.
[14]Veamos la manera como es presentada la palabra en diferentes contextos y por diferentes autores, pero con un mismo propósito, mostrar nuestro único medio de salvación. Aun cuando Pablo presenta a la fe como un sustantivo el apóstol Juan lo presenta como verbo y esto trae consigo un significado que desbarata toda duda de creer en aquel que puede salvarnos. Cuando el verbo es usado en tiempo presente estos enfatizan un acción  continua  y como tal la fe (creer) no es estatica no es cosa de una sola vez, y en este caso como Juan lo presenta la fe tiene un objeto, mostrando de tal forma que la fe debe ser depositada en alguien y de manera consecuente el autor del evangelio no permite que la mente del creyente dibague buscando al quien o al que, sino que presenta de manera afirmativa en un creer completo en el “unigénito hijo de Dios” en aquel que decendio y fue levantado sobre la cruz y de esa forma salvar a los que por fe creen en ese sacrificio” Vease Jon Paulien, La Biblia amplificada: Juan (Bueno Aires: Asociacion casa editora sudamericana, 2001), 108 -110.
[15] Ibid.
[16] CBA, 7.488.
[17]Clifford Goldstein, Desiquilibrio fatal (Buanos Aires: Asociacion casa editora sudamericana, 1994), 139.
[18] La vulgata lo traduce in perpetuum mostrando una idea temporal, o también lo traduce como pantote, es posible que esta traducción sea correcta, pero el sentido de lo que Juan trata de mostrar es completamente o absolutamente presentando de tal manera que la intercesión de Jesús por sus hijos es completa, no necesita de alguna otra cosa para presentarse al Padre (Heb 9:12-14)                                                                                                                                                                                                                                                                                                       
[19] Tratado de teología, 426.
[20] Si alguien te pregunta tu eres del equipo de Barcelona o del real Madrid, tu puedes decir de ninguno, si te dicen tu eres del apra o de fuerza social, tu puedes responder de ninguno
[21] Tener al hijo significa permanecer en el, tener una relación intima con él, dejar que el haga por mi lo que yo  en mi humanidad caída no soy capaz de hacer.
[22] Tratado de teología, 448.
[23]McDonald, Comentario Bíblico: Antiguo y nuevo testamento, 663.
[24] Ibid.

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